EL HOMBRE Y SU DIOS
y salí a la calle,
sentía la brisa que
acariciaba mi piel,
y el sol me daba su calor,
sin deperdiciar en mi cuerpo
los detalles.‑
Señor que tengo que ocultar,
tú sabes lo que pienso,
si estoy en el llano o
en el valle.‑
Tan sólo te tengo a tí,
y los que tú me diste,
y este cuerpo, que tejiste,
en el seno de mi madre.
Por que tengo que ocultar
lo efímero que soy?
Poniéndome cartelito,
o pasacalles?
Soy como la flor del campo,
que está fresca al amanecer.
y seguro que al atardecer,
ya no se la halle.
TIEMPO Y VIDA
Pensar que este viaje
es tan corto, señor,
ante tu eternidad.
que ciegos somos,
no sabemos mirar,
queremos gozar hasta el
últimos instante,
por que después de los
sentidos,
viene la fatalidad.
Y este viaje tan corto
ante tu eternidad,
que la luz de tu mirada,
nos despierte Señor
de esta oscuridad.
Esta panacea de fantasía
de deseos y ansiedad,
no se cansa los ojos de ver,
los oídos de oir,
mis manos de palpar,
y mi cuerpo de sentir
esta pasión de morir
a cada instante,
para luego empezar
En cada cosa que pasa
las raíces de mi ser la
abraza, y de estado no
quiere mudar.
Que viaje tan corto,
y tener miedo "al llegar".
en este cansancio me duermo
en tus manos Señor.
Descanso en tu eternidad.‑
20:44
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POESIAS
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